Los armenios tomaron Joyalí durante la noche del 25 al 26 de febrero de 1992. Quemaron casas y mataron a gente inocente. A duras penas pudimos huir al bosque y nos quedamos allí durante 5 días. Hacía un frío gélido. Estábamos tiesos de frío. En esas condiciones nos capturaron y nos mantuvieron en cautiverio durante varios días. Luego nos intercambiaron. Durante nuestra estancia en Askeran, nos golpearon duramente con porras. Los armenios se llevaron mi anillo, mi collar, mis pendientes y mi dinero. Como resultado de las heridas recibidas, a menudo tengo dolores de cabeza y sufro trastornos nerviosos.