En la noche del 25 al 26 de febrero de 1992 los armenios atacaron Joyalí. Quemaron casas, mataron a gente inocente y saquearon todas nuestras propiedades. Huimos al bosque. Un día después llegamos al pueblo de Abdal-Gulabli en Aghdam. Allí 30 militares armenios nos rodearon y capturaron. Yo estaba con mi suegro, mi suegra, mi esposa, mi cuñado y mis dos hijas. Las niñas tenían menos de un año. Cuando nos tomaron como rehenes, los armenios nos golpearon salvajemente y nos llevaron al pueblo de Dahraz, en el distrito de Askeran. Allí nos mantuvieron en el sótano durante una semana. Aunque había niños pequeños entre nosotros, nos mantuvieron en un frío sin comida ni agua, nos golpearon con los cañones de las ametralladoras, las cachiporras y los palos. En la actualidad sufro de estas lesiones. Tengo un traumatismo craneoencefálico y el sistema nervioso alterado. Cuando salimos de Joyalí, los armenios saquearon nuestra casa y nuestras joyas. Cuando nos tomaron como rehenes, los armenios se llevaron nuestro dinero. El 3 de marzo nos liberaron. Entre los armenios que nos torturaron sólo recuerdo a Armen que golpeaba a los cautivos con cachiporras, cañones de ametralladoras y palas.