Durante la noche del 25 al 26 de febrero de 1992, Joyalí fue tomada. Mi suegro Shura Pashayev y mi suegra Kubra Pashayeva estaban con nosotros en ese momento. Después de cruzar el río Gargar huimos al bosque cerca del pueblo de Nakhchivanik junto con nuestros hijos y nos dirigimos hacia Aghdam. Pero cuando llegamos al cementerio entre Aghdam y Askeran los armenios nos rodearon y empezaron a disparar con ametralladoras. Toda la gente empezó a huir en diferentes direcciones. Había unas 100 mujeres, niños y ancianos de la ciudad. Mi marido Elshan Shura Pashayev y mi suegro Shura Pashayev, junto con otras personas, murieron por los disparos de los armenios. Pusieron en fila a los que sobrevivieron cerca del lecho del río y empezaron a lanzar granadas. Sólo nueve hombres que lograron huir a la fosa pudieron sobrevivir a las heridas. A mi suegra Kubra la hirieron con dos balas en la mano izquierda y a mí me produjeron heridas en la pierna. Nuestros vecinos Elbrus, Islam, Vugar, Gulnaz, Surayya (que murió más tarde) sobrevivieron. Enfilándonos de nuevo los armenios comenzaron a golpear con diferentes objetos, a maltratarnos y luego nos arrojaron al sótano del Departamento de Policía de Askeran.
Allí mantuvieron a los hombres separados de las mujeres. En nuestra celda había unas 40-50 mujeres y niños heridos. Las torturas eran horribles. Cortaban los brazos, las narices y las orejas de las mujeres, no nos daban comida ni agua; los niños lloraban y los heridos gemían. A veces los armenios venían a nuestra celda y se llevaban a mujeres jóvenes y hermosas y al volver sabíamos que las habían violado. Me enteré de que algunas chicas aún no habían sido liberadas. Cuando las madres de las chicas querían ir con ellas, las golpeaban hasta que perdían el conocimiento. Los armenios se llevaron todas nuestras joyas. Todas estas torturas continuaron hasta el día siguiente. Nos llevaron de vuelta al lado de Azerbaiyán en la noche del 27 de febrero de 1992.